Era se una vez tres hermanos que vivían en un país muy muy lejano, se llamaban Nicolás, Eduardo y Alonso. Un día sus padres les dijeron que podían ir a dar un paseo ellos solos. Era la primera vez que les dejaban ir solos por lo que se pusieron muy contentos.
Iban tan contentos que se despistaron y se alejaron del pueblo donde vivían. Empezaron a subir una montaña, en ella había una especie de flores. En realidad no eran flores eran simplemente hierbas. Pero de un color plateado precioso. Como sabían que a su madre le gustaba mucho ese color, decidieron hacer un ramo de esas extrañas hierbas. Pero no podían arrancarlas, por mucho que tirasen. De repente, la montaña empezó a moverse y a gritar. Al principio no se entendía lo que decía, pero poco a poco empezaron a entender:
-¡¿Quien tira de mis Barbas?! ¿¿Quien tira de mis barbas?!
Era un gigante enorme que estaba durmiendo. Aterrorizados corrieron y corrieron. Hasta que ya no pudieron más. Se subieron al primer árbol que encontraron. Era un pino enorme. Subieron hasta la última rama. Tenían tanto miedo que se pusieron a llorar los tres.
Cuando llegó el gigante al árbol los vio llorando muy asustados. Se dio cuenta de lo que había pasado y les perdonó. Les pregunto donde vivían y les llevó a su casa de dos zancadas. Desde entonces son amigos y juegan muchas veces juntos.
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