Que difícil es la relación con tus hijos. Por un lado llegas cansado del trabajo y quieres ver a esos seres tan amados, quieres verlos contentos, quieres que te den abracitos. Pero por otro lado no se olvida la labor de padre, de educador, no s eolvida que eres tú, el único (mas la madre y los profesores) que le dice que no, que le causa disgustos al no permitirle todo.
No permitirle algunas cosas es bueno para él (ese ser), pero también es bueno para tí, ya que si le permites todo, cada vez quiere más y cada vez se frustra más con las negativas.
Al final todo es muy cansado y aunque hay momentos de besitos también hay momentos de berrinches, de llantos incosolables.
Los besitos y abracitos siempre ganan y merece la pena cualquier penuria.
Te quiero María
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario