- — Tú me respetarás, ¿no hijo? — ¡Hombre padre!. Que usted es mi padre… — Ya lo sé hijo, pero un hombre en la cama siempre es un hombre en la cama
- Alcalde, que todos somos contingentes, pero tú eres necesario
- Pues es una pena que me pregunten a mí, porque yo soy un hombre muy primario.... A mí todo lo que no sea follar... ¡con putas, eso sí!
- — ¡Se te está muriendo divinamente, te lo juro! Tenía ganas de que vinieras para poder decírtelo. Puedes estar orgulloso, ¡de verdad!, de los años que llevo de médico nunca había visto a nadie morirse tan bien como se está muriendo tu padre. Qué irse, qué apagarse, con qué parsimonia. Estoy disfrutando que no te lo puedes ni imaginar... — ¿Y él sufre? — Por fuerza, seguro que sí, ¿no ves que se le está yendo la vida?
- De orden, del señor cura, se hace saber, que dios es uno y trino
- Lo mismo da que se te riegue o se te abone. Te da por no brotar y no brotas
- -Me acuerdo de madre, padre.- Pero…pero ¿no te gusta la moto que te he comprao?- Sí, si la moto es cojonuda, pero eso no tiene nada que ver. ¿Usted se acuerda lo que les decía en las cartas?, les decía, me apetece mucho verlos a los dos cuando vuelva, a los dos. A los dos decía yo, a madre y a usted. Y cuando vuelvo la ha matao. ¿Por qué la mató padre?.- ¡Porque era muy mala!.- ¡Pero hombre padre!.- Es muy duro decírselo a un hijo, pero tu madre era muy mala. Yo he esperado a que estuvieses criado y a que tuvieses una buena ocupación, Pero ahora que tienes una plaza en Oklahoma, ¿Para qué quieres a tu madre?.
- - Como tenía la quemazón esa en el culo me pasé por casa del médico para que me echase un vistazo, pero no estaba.- Estaba con mi padre, que se ha muerto.- ¡Ah! Pues eso sería. El caso es que su mujer se empeñó en coserme la culera del pantalón y cuando me vio en pelota… Ten en cuenta que los calzoncillos eran de nylon azul, con el fogonazo, ¡fffiuu!, vistos y nos vistos. Así que al quitarme los pantalones me quedé en bolas. Empezó a meterme mano. Oye, y qué arte, y qué cosa más zorra de tía. Total que me excité. Y con el miedo y todo a arder otra vez no supe decirle que no y… yacimos. Yacimos un ratito, no creas, pero suficiente. ¡Jo! Bramaba. ¡Qué entrega! ¡Qué receptividad! El más mínimo movimiento de mi pelvis actuaba como ganzúa en su sensibilidad más arcana. No sé si me explico. Bueno, pues a los diez minutos que me iba yo a levantar a hacer pis se ha puesto a parir como una coneja y ha soltado dos críos. ¡Mellizos!- ¿Estaba preñada?
- ¡Qué coño va a estar preñada! ¡Los ha tenido de mí, de mí! ¡A los diez minutos! ¡Mellizos!- Pues le has dado el día al médico, porque estaba tan contento con lo bien que se le había muerto mi padre. Pero claro, con esto que cuentas ahora…- ¿Y quién lo iba a pensar? Anda que no me he acostado yo veces son mujeres y nunca ha pasado nada igual.
amanece en la imdb
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