No aguanto a los vendemotos, son esas personas que todo lo saben, que siempre tienen algo que opinar, que se lo inventan el 80% de las veces, y que cuando les pillas en un renuncio se ríen como si estuviesen en broma y no te vuelven a hablar.
Hay muchos, sobre todo en el ambiente laboral, en particular en mi ambiente laboral, nuevas tecnologías y esas cosas. No sabes muy bien a que se dedican, que es lo hacen, productivamente hablando, pero se las dan de importante, y no siempre lo son.
Es muy fácil descubrirles, hay tres maneras:
1ª nunca les entiendes cuando hablan, entiendes las palabras, pero cuando las vas a juntar para hacer la frase, esta no tiene ningún significado. Si no estás atento tendrás la impresión de que erres un cazurrete y que el vendemotos es muy listo, pero si estás atento, te darás cuenta de que no dice nada.
2ª dicen alguna palabra en inglés de vez en cuando. Yo no hablo muy bien inglés, pero mi compañero es sudafricano y el inglés es su lengua materna, hoy le he visto desternillandose de risa a causa de uno de estos vendemotos, estaba utilizando la palabra ingles "speach", que quiere decir discurso, pero discurso serio con tarima, micrófono, presentación etc. y este pobre hombre simplemente iba a echar una charlilla a un grupito de cuatro. Es decir se estaba haciendo el importante vacilando de saber inglés, y no sabe tanto.
3ª repiten tu nombre constantemente y te tocan, el hombro, la espalda, te sujetan un poco el brazo, si les pillas la técnica, te das cuenta que son bochornosos y te dan un poco de pena. Lo peor es que muchas veces no se saben tu nombre y te están llamando Jose Luis cincuenta veces.
Estas cosas las aprenden en un cursitos de un par de días, son tan torpes que creen que funcionan y yo creo que la mayoría de nosotros nos damos cuenta.
Si queréis aprender las frase grandilocuentes, aquí os dejo unos enlaces.
Empezaba 2º de BUP cuando ya había decidido no ser militar, durante el primer curso de Bachillerato había descubierto un nuevo mundo fuera de la catequesis, fuera del colegio, fuera de mi familia. Me hicieron ver que las armas no eran buenas, que se podía luchar de otra manera. Fue el curso de las huelgas, del cojo manteca.
No iba a ser militar, pero ¿qué iba a ser?, ya lo pensaría mas tarde, lo que descubrí, gracias al Profesor Jesús Begoña, es que quería estudiar matemáticas, lo descubrimos unos cuantos (Isaac, Jose Luis, yo), alguno se echó atrás (Eva), otros se fueron a físicas (Jorge, Gonzalo).
Recuerdo la semana en la que generamos, con "El Lennon", así le llamabamos, la definición de límite de una sucesión. Durante la semana nos dejó hacer a nosotros las definiciones, las corregíamos entre todos, volvíamos a definir, volvíamos a corregir, hasta los desauciados participaban, que semana, deseando que llegase la clase, disfrutando de ella.
"El limite de una sucesión A es L, si y solo si, para cada número real positivo épsilon, existe un natural K, tal que A sub n menos L es menor que épsilon para todo n mayor que k"
La tarde del sábado después de estar la mañana de compras, sentado al lado de la chimenea, con un buen libro, un buen café y en tu propia casa. Esto es una de las cosas buenas que tiene vivir en un pueblo.
Yo lo tengo también cuando voy a ver a mis padres (en Monte) o a mis suegros en La Pesga, pero no es lo mismo que en tu casa.
Me gusta vivir en un pueblo. Una de las razones es la accesibilidad a los órganos de poder y a sus actuaciones. Me refiero, en este caso, a la facilidad con la que el ayuntamiento organiza obras de teatro para niños, las publicita, y nos da facilidades.
La última a la que fuimos fue una obra muy bonita, "los músicos de Brenes". En el colegio, le pusieron en la mochila a María un folletito, y fuimos al auditorio, y gratis pasamos una tarde que María no olvidará en mucho tiempo.
Yo, que me crié en Madrid, en el barrio de la Arganzuela, no había visto esto nunca. Que el ayuntamiento lo organice y que me sea fácil y accesible ir, sin hacer ni una cola, sin agobios.
La primera vez que leí "20 de Noviembre, nosotros también lo celebramos" y debajo el típico dibujo del Ché con la boina, sonreí y pensé, que cachondos, claro que lo celebran fue el día que empezó la libertad y esas cosas, había muerto Franco. Lo vi en la complutense, muy cerquita del lugar donde ocurrió lo que aquellos "anarxosindicalistas" celebraban, recordaban mejor dicho. Era la muerte de Buenaventura Durruti, del que ya conocéis mi opinión, por lo que no me extenderé más.
Fue mayor mi sorpresa cuando supe que José Antonio Primo de Rivera, al que tanto admira mi padre, le dejaron morir unos, y le fusilaron los otros, el mismo día del mismo año.
— Tú me respetarás, ¿no hijo? — ¡Hombre padre!. Que usted es mi padre… — Ya lo sé hijo, pero un hombre en la cama siempre es un hombre en la cama
Alcalde, que todos somos contingentes, pero tú eres necesario
Pues es una pena que me pregunten a mí, porque yo soy un hombre muy primario.... A mí todo lo que no sea follar... ¡con putas, eso sí!
— ¡Se te está muriendo divinamente, te lo juro! Tenía ganas de que vinieras para poder decírtelo. Puedes estar orgulloso, ¡de verdad!, de los años que llevo de médico nunca había visto a nadie morirse tan bien como se está muriendo tu padre. Qué irse, qué apagarse, con qué parsimonia. Estoy disfrutando que no te lo puedes ni imaginar... — ¿Y él sufre? — Por fuerza, seguro que sí, ¿no ves que se le está yendo la vida?
De orden, del señor cura, se hace saber, que dios es uno y trino
Lo mismo da que se te riegue o se te abone. Te da por no brotar y no brotas
-Me acuerdo de madre, padre.- Pero…pero ¿no te gusta la moto que te he comprao?- Sí, si la moto es cojonuda, pero eso no tiene nada que ver. ¿Usted se acuerda lo que les decía en las cartas?, les decía, me apetece mucho verlos a los dos cuando vuelva, a los dos. A los dos decía yo, a madre y a usted. Y cuando vuelvo la ha matao. ¿Por qué la mató padre?.- ¡Porque era muy mala!.- ¡Pero hombre padre!.- Es muy duro decírselo a un hijo, pero tu madre era muy mala. Yo he esperado a que estuvieses criado y a que tuvieses una buena ocupación, Pero ahora que tienes una plaza en Oklahoma, ¿Para qué quieres a tu madre?.
- Como tenía la quemazón esa en el culo me pasé por casa del médico para que me echase un vistazo, pero no estaba.- Estaba con mi padre, que se ha muerto.- ¡Ah! Pues eso sería. El caso es que su mujer se empeñó en coserme la culera del pantalón y cuando me vio en pelota… Ten en cuenta que los calzoncillos eran de nylon azul, con el fogonazo, ¡fffiuu!, vistos y nos vistos. Así que al quitarme los pantalones me quedé en bolas. Empezó a meterme mano. Oye, y qué arte, y qué cosa más zorra de tía. Total que me excité. Y con el miedo y todo a arder otra vez no supe decirle que no y… yacimos. Yacimos un ratito, no creas, pero suficiente. ¡Jo! Bramaba. ¡Qué entrega! ¡Qué receptividad! El más mínimo movimiento de mi pelvis actuaba como ganzúa en su sensibilidad más arcana. No sé si me explico. Bueno, pues a los diez minutos que me iba yo a levantar a hacer pis se ha puesto a parir como una coneja y ha soltado dos críos. ¡Mellizos!- ¿Estaba preñada? - ¡Qué coño va a estar preñada! ¡Los ha tenido de mí, de mí! ¡A los diez minutos! ¡Mellizos!- Pues le has dado el día al médico, porque estaba tan contento con lo bien que se le había muerto mi padre. Pero claro, con esto que cuentas ahora…- ¿Y quién lo iba a pensar? Anda que no me he acostado yo veces son mujeres y nunca ha pasado nada igual.
Una consecuencia en las leyes del electromagnetismo (tales como las ecuaciones de Maxwell) es que la velocidad c de radiación electromagnética no depende de la velocidad del objeto que emite la radiación.(wikipedia)
"Al adoptar la velocidad de la luz como constante en los sistemas de referencia, Einstein fue capaz de resolver una cuestión enojosa: ¿que significa afirmar que dos sucesos ocurren al mismo tiempo? Esta cuestión de la simultaniedad se vuelve problemática cuando los sucesos tienen lugar separados por una gran distancia.
Para Einstein el tiempo no es absoluto, sino que depende del marco de referencia en el cual se mide. La luz es la calve de la simultaneidad. Para ilustrar las ideas de Einstein, imaginemos un tren desplazándose a gran velocidad. En cada extremo del tren hay una puerta que se puede abrir enviando una señal luminosa desde el centro del tren, exactamente a medio camino entre ambas puertas. Se trata de un ejemplo de un "experimento mental", es decir, un experimento hipotético en el cual se supone que las medidas son perfectamente precisas, que las puertas se abren de manera instantánea, etc. Supongamos que somos n pasajero del tren, sentado en el medio junto a la fuente de luz, y que por tanto el tren es nuestro marco de referencia. ¿Qué veremos al generarse la señal luminosa? Vemos que las dos puertas se abren a la vez. Se abren a la vez porque la luz tarda exactamente la mismo tiempo en llegar a ambas.
Supongamos ahora que no estamos en el tren, sino que permanecemos a 50 metros de la vía, observando cómo pasa el tren. Se produce la señal luminosa. ¿Qué vemos a continuación? Primero se abre la puerta de cola del tren, y luego la de la parte frontal del mismo. He aquí porque. Debido a que el tren está en movimiento, en relación con nuestro marco de referencia, la puerta trasera se mueve una pequeña distancia hacia delante -hacia la luz- entre el instante que se generó la señal luminosa y su llegada a la puerta trasera, y la puerta delantera se desplaza a una pequeña distancia alejándose de la luz, entre el tiempo transcurrido entre la generación de la señal y el momento en que alcanza la puerta delantera. Así pues, vista desde nuestro marco de referencia externo al tren, la luz ha de viajar más para alcanzar la puerta delantera que la trasera. Pero la velocidad de la luz es constante en todos los sistemas de referencia y en todas las direcciones, nos dice Einstein. Por lo tanto, el haz luminoso alcanza la puerta trasera antes (desde nuestro punto de vista), y dicha puerta se abrirá antes (desde nuestro punto de vista). ... De acuerdo con Einstein, por lo tanto, el tiempo no es absoluto, sino que depende del punto de vista del observador." El Lenguaje de las Matemáticas de Keith Delvin
El día que lo demostraron en clase, realmente lo chungo son las ecuaciones de Maxwell, hubo varios que salieron de clase,antes de que acabara el profesor de explicarlo, nerviosos y un poco asustados, el viaje en el tiempo era posible. El resto nos quedamos mudos hasta que empezó la siguiente.
π (pi) es un número irracional, cociente entre la longitud de la circunferencia (perímetro) y la longitud de su diámetro. Se emplea frecuentemente en matemáticas, física e ingeniería. El valor numérico de π, truncado a sus primeras cifras, es el siguiente:
Este número nos puede llevar a infinidad de lugar y de hechos. A mi me llevó a Juanelo Turriano, a través del libro "El ingeniero y el Rey". El rey es Carlos I y el ingeniero este Turriano.
El libro es una novela policiaca de la época de Carlos I, en Yuste pocos días antes de la muerte del Emperardor, y hasta ahí podemos leer. El número Pi aparece cuando el Ingeniero está buscando el reloj perfecto, que de la hora perfecta, y que no necesite energía externa para hacerlo. Un amigo suyo matemático cree haber desubierto a Dios en el númeo Pi y es que a partir del decimal 755 aperecen seguidos seis nueves 999999.
Tiene unas teorías un tanto absurdas en nuestra época, pero que cuelan en la época de Turriano y en la novela.
Este tal Turriano existió realmente y participó (diseñó sobre todo) en un montón de obras de ingeniería:
Cristalino, reloj astronómico que le hizo ser conocido en su época, en el cual fue capaz de indicar la posición de los astros en cada minuto con objeto de interpretaciones astrológicas.
diseño de las campanas del Monasterio de El Escorial.
un autómata de madera, llamado el Hombre de palo: una calle de Toledo lo recuerda por este hecho
máquina hidráulica que construyó para subir el agua a Toledo desde el río Tajo, conocida como el Ingenio de Toledo o Artificio de Juanelo.
ametralladora rudimentaria
participó en la reforma del calendario
En fin una máquina poco conocido en España, ni siquiera en Toledo es conocido en general.
Mi padre se tropezó en una zanja de una obra, de las que abundan por Madrid, esta se localizaba en el Paseo de Yeserías, íbamos de mi casa al Estadio Vicente Calderón. Íbamos a un partido del "atleti", contra el Cádiz. Hacía un frío que pelaba, mi madre nos había embutido en el abrigo con el gorro típico de la época. Mi padre iba con las manos en los bolsillos, y no le dio tiempo a sacarlas, por lo que cayó de bruces en el suelo. Lo peor no fue el golpe, lo malo fue que se le rompieron las gafas. No nos daba tiempo a volver a casa, nos perderíamos el comienzo, y prefirió que sus hijos viesen el partido entero antes que verlo todos empezado.
El partido, bien gracias, perdió el atleti, 0-1. Lo peor, muy en el estilo pupas, es que mientras el Cádiz celebraba el gol en su campo, el Negro Cabrera sacó de centro, se fue solo hacia la portería, y a puerta vacía, desde fuera del área, falló el gol. Pero así es el atleti.
A mi padre se lo contamos, pero no se lo creía, el pobre no veía nada y había que narrárselo.
Cuando salimos, por los pasillos del campo, no había gritos, ni de alegría ni de rabia, como siempre resignación. Fuera del campo, ya en el Paseo de los melancólicos, nos dimos cuenta que Alo, el menor de los hermanos, no iba con nosotros. Se había perdido.
Mi padre sin gafas, con dos niños de menos de 8 años y otro perdido entre la muchedumbre. Recuerdo el agobio de mi padre, buscamos hasta que no hubo nadie por la calle. Volvimos a casa desolados, pero deprisa para llamar por teléfono a la policía, un niño se había perdido. Cuando llegamos y antes de que mi padre terminase de balbucear la perdida, apareció por detrás de mi madre el niño, ya bañadito y con el pijamita de señor con el que nos vestían. Todo volvía a su ser, tres hermanos y dos hermanas.
Valeriano, el bisabuelo de María ha dejado de respirar a los noventa y tantos, los últimos momentos los ha pasado tranquilo, en la cama y con sus hijos cerca. Buena muerte.
Le hemos enterrado el Viernes. Digo "hemos", porque en La Pesga siguen haciendo estas cosas los del pueblo y allegados, los únicos profesionales son el enterrador y el que lleva el coche, pero el ataúd lo llevan los familiares, y lo meten en el nicho.
En muchos casos el nicho no es un agujero en el suelo, es un hueco en la pared. Una vez introducido el ataud en el hueco, hay que taparlo. Se podrían tener preparado los ladrillos, pero no, hay que partirlos en el momento. Se podría tener el cemento preparado, pero no hay que hacerlo en el momento. Se podría tardar poco, pero no, es mejor tardar 45 minutos en tapar el agujerito. Los familiares mirando, sufriendo. Dan ganas de ayudar, de decirle, deja que ya lo hago yo.
En ya sabemos que Felini no inventaba, enseñaba la realidad y la realidad italiana en muchos casos es parecida a la española.
El enterrador, debe ser alguien rápido de reflejos, ágil, educado. Pero yo creo que lo que es, en realidad, es el mas torpe, el menos listo, el que no puede encontrar otro trabajo. Es un trabajo triste.