Toledo era la capital del Imperio, era una ciudad viva, prospera, bonita, de personas cultivadas, de personas de éxito. Ahora sólo es ... bonita.
Eso la capital de provincia. Pensad en los pueblos. En esos pueblos de La Sagra, sin árboles, con boquetes en la tierra, de donde sacaban su petróleo de arcilla, para hacer ladrillo.
Pensad en la crisis del ladrillo. Para ellos la crisis del ladrillo no es una forma de hablar, es realmente la crisis de su producto. Porque allí lo único que hacían era ladrillos. Ahora no.
Ahora no se qué harán. Me lo pasé bien algún año en las fiestas. Pero aunque quieran no pueden estar de fiesta todo el día. Y sé que no han invertido. Solamente han hecho más grandes los boquetes, más profundos.
Tendrán que volver al trigo y a las ovejas
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