La ONG, de la que mi padre era presidente, organizó un acto para recaudar fondos. Allí asistió un montón de famosos y famosetes.
Se organizó un partido entre famosos y famosetes contra deportistas. Al de deportistas le faltaban un par de jugadores y me apunté en el último momento. Me dejaron unas botas dos números menos que mi pie. Corría con los dedos encogidos, pero allí me quedé, de lateral izquierdo. De central Arteche.
Ya le conocía de vista, en el parque de la Arganzuela, cuando ya se había retirado, jugando con sus niños.
Antes del partido y en el descanso estuvo fumando mientras comentaba las jugadas con bastante gracia. En el campo entendí porque no había, yo, conseguido ser jugador de fútbol. Él que era un tanque en el atleti, jugando conmigo parecía el central más fino y delicado con el balón de la historia. Sus pases se frenaban antes de llegar a mis pies, venían con un efectito que eran muy fácil controlar, yo le devolvía melones y el, sin problemas, los controlaba.
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687 - La cascada de "entonces..."
Hace 1 semana
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