Es decir es mucho más costoso el trámite para la obtención del contrato para realizar el servicio y, lo peor, nadie quiere dar su opinión subjetiva. La opinión subjetiva (todas las opiniones lo son), es o debería ser un dato más a tener en cuenta al tomar una decisión. Pero el Estado no puede permitirse que los burócratas tengan opinión, solamente los jueces pueden tenerla.
Bueno, con tal de evitar la corrupción.
Lo malo es que no se evita. Hay algunos concursos en los que han de presentarse tres empresas para poder elegir una, si no se presentan tres, el concurso queda desierto. Como se hace la trampa, veamos el flujo:
- Hay tres empresas competidoras, pero caballerosas
- Hay tres concursos
- Cada empresa se toma en serio uno de esos concursos
- Cada empresa se presenta a los tres concursos, uno con posibilidades, dos con ofertas imposibles
- Cada empresa se lleva el concurso al que quería optar, sin ninguna competencia
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