"La banda Lauri" no existía. No se quien se la inventó, pero no existía. Todos la teníamos miedo, creíamos que los tres hermanos Lauri y sus secuaces nos la podían liar al girar cualquier esquina.
Uno del colegio, "el Sete" estaba, según los rumores en "arresto domiciliario". La cuestión es que le había tirado los trastos a una de las hermanas Lauri y estos no se lo habían perdonado. Tenían parapetado a uno de los chavales pertenecientes a la banda en los aledaños del portal donde vivía "el Sete". Y tenía instrucciones de que si este pisaba la calle avisase ipso facto a la banda. El chico debía ser el único que no lo sabía porque seguía saliendo por el barrio como si tal cosa.
Otro de los mitos era que todos los hermanos eran pelirrojos, con el pelo absolutamente naranja, a ek10 le hubiese molado. Pero yo no había visto nunca a nadie por el barrio con ese aspecto, ni yo ni nadie que tuviese algo de reputación. Lo había visto "el Galentillo", pero no era una persona en la se pudiera confiar. Cuando vino el Papa con su papa-móvil, contaba que lo había parado y se había montado en con él, así que no parecía creible nada que proviniese de él.
Contaba "el Radar", que una vez con walkman de la época en mano se había acercado al pequeño de los Lauri, y le había hecho una entrevista tipo Gomaespuma, coló, resultó ser que era un pardillo. Pero eso fue mucho después de la desaparición de la banda, cuando ya no les teníamos miedo.
La desaparición vino dada, siempre según los rumores, por el siguiente suceso: Un día, después de atemorizar a todo el barrio de La Chopera, volvieron a su barrio Legazpi, a la vuelta vieron como la hermana se estaba liando con "el Sete". Después de todo la chica quería lío y "el Sete" había conseguido escaparse del control de la banda. Salieron corriendo detrás de él y al cruzar una calle, una vespino se avalnzo sobre el mediano de los Lauri. Ni le rozó, pero se llevó tal susto que cuando cogieron a "el Sete" y le fue a gritar un improperio, se había vuelto trartaja, dicen que pareció un gallo "Co-co-co-co-como, te-te, co-co-co-co-coja...", no pudo decir más, todo el público de alrededor estaba tronchándose de risa, el se puso a llorar, se fue, huyó, humillado y los hermanos le siguieron. Fue su última fechoría.
687 - La cascada de "entonces..."
Hace 1 semana
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