Después de varios años sin jugar al fútbol, el sábado nos juntamos el antiguo equipo, ya cuarentones algunos, tripones otros, clareando el pelo, y alguno en forma.
Fue divertido. Al principio empecé en el banquillo y no me gustó. Esa sensación de vestirse y madrugar para nada, esa sensación en el estomago de querer empezar ya.
Cuando en la primera carrera Lolo se cayó al suelo el solito, por ansias de correr más de lo que las piernas aguantaban, hubo un silencio, no se sabía como se iba a romper si con risas o con preocupación. Se rompió con risas, pero quedó el run-run de que nos podía pasar a cualquiera y que nos podíamos lesionar a lo tonto. Y ya no estamos para lesiones. Terminón con un 7-4, creo, a favor nuestro.
Al final solo la Perla tuvo problemas en el abductor, y esperemos que no sea grave.
Al post-partido fuimos pocos pero bien avenidos.
La siguiente generación está en marcha con Dani y Gonzalo por ejemplo.
Las instalaciones chulísimas, Madrid Río parece un acierto, al fin y al cabo. Lo que hubiéramos disfrutado si las hubiésemos pillado de chicos.
Madrid Río punto 28 en el mapa
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