Me vistieron de verde, pantalones, camisetilla, me pusieron un gorro como de rejilla verde, una especie de bolsas en los zapatos que protegían el suelo de mis zapatos. Y me dejaron esperando en una sala con una escultura de San José. Le pedí que todo fuese bien, pasaron 10 minutos eternos hasta que oí: "Avisen al padre que ya sale".
Cuando entré en el paritorio, María estaba saliendo del cuerpo de mi mujer y todo había ido bien.
687 - La cascada de "entonces..."
Hace 1 semana
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