Teníamos catorce años y era el primer día en el Instituto, todos eramos unos pardillos, o por lo menos así nos sentíamos. Ya nos habían pintado la tripa, con "canfor" y con "bic punta fina", era la novatada del Cervantes.
La profesora era Begoña Otaola, el año 1986. No se a que vino, pero la otaola pronunció la palabra maragato. A Jose le calló en gracia y sólo se le ocurrió decir, gritar, "MIAUUU". La otaola, indignada por el atrevimiento, el primer día de clase, no lo dejó pasar e hizo que el autor de la desvergüenza se diera a conocer. Le expulsó de clase, entre las risas de los pardillos, que nerviosos veíamos en aquel muchacho el primer protagonista de la clase.
Le iba a costar tiempo y sufrimientos quitarse el mote, el gato, o al menos eso pensábamos.
Fue uno de mis mejores amigos de aquella época. Hoy me ha encontrado en el Facebook
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