Me sentaron en el potro de castigo. Conectaron aquel torno, que giraba a la velocidad del rayo. Yo no sabía lo que iba a pasar. Eso era lo que mas miedo me daba.
¿Cuanto duraría aquel sufrimiento? ¿Que ganaban aquellos dos personajes? con la cara tapada, para no ser reconocidos, imagino. Comenzaron la faena. Me clavaron un pincho y el torno empezó a girar. Dudaron, se retiraron un momento a deliverar, yo no les escuchaba.
Cuando volvieron y el torno entro en mi boca yo ya no la sentía, la tensión en todo mi cuerpo se fue calmando, no me dolió, bueno un poco si.
Era mi primera vez en el dentista.
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